Género con Clase
nace en septiembre del 2008, como un
espacio informativo que pretendía recoger las experiencias vinculadas a las
mujeres y sus luchas revolucionarias.
Género con Clase
es un nombre que representa para nosotras y nosotros la fusión de los elementos
centrales (más no los únicos) en los que se basa y sustenta la situación de
explotación y opresión de las mujeres y los pueblos del mundo: el Género y la
Clase Social. Por lo tanto son éstos ejes centrales de nuestras luchas, ya que
buscamos su erradicación y la construcción de una sociedad sin clases, ni
géneros. Además para el colectivo es
fundamental y creemos indispensable cultivar una sólida conciencia, como clase
explotada por el capital, y como género oprimido por el Patriarcado.
Género con Clase
es un nombre en el que nos ubicamos para partir de nuestra situación de
opresión y explotación, es una denuncia permanente a los sistemas de dominación
que nos mantienen sojuzgad@s. Es también una caracterización de las
aspiraciones políticas estratégicas que como colectivo feminista revolucionario
tenemos, porque es la toma de conciencia de nuestra situación como mujeres y
como trabajadoras y trabajadores.
Somos un colectivo mixto de
articulación feminista que vincula la lucha por la emancipación de las mujeres
en sus diversas expresiones y realidades, a la lucha de la clase trabajadora
por liberarnos de la explotación capitalista, entendiendo y asumiendo que sobre
las mujeres pesa también la opresión y explotación patriarcal. Abrazamos la
lucha por la igualdad y la equidad de géneros y la inclusión de la comunidad
sexo-género diversa para poder construir una sociedad verdaderamente libre, justa,
y de iguales; ya que entendemos que las formas en las que se reproduce el patriarcado como
sistema de opresión son precisamente la división en géneros masculino-femenino
y los roles atribuidos a cada uno de ellos, así como la heterosexualidad como
norma.
Aspiramos y centramos
nuestros esfuerzos militantes y de vida en la construcción de una mejor sociedad
donde las mujeres seamos reconocidas y valoradas como seres sociales
integrales, y no como objetos, como complementos de segunda. Creemos en las capacidades transformadoras de
la mujer y el hombre, y trabajamos por lograr la mayor acumulación de fuerzas y
corazones para garantizar que la toma de decisiones en los asuntos de interés
político, económico, social, y cultural estén en manos del pueblo organizado y
los sectores sociales directamente vinculados con las decisiones de que se
trate. Creemos en el Poder Popular como una vía fáctica para la construcción
del Socialismo, único que puede garantizar la liberación de las mujeres y de
toda la sociedad.
Somos ANTIPATRIARCALES,
ANTICAPITALISTAS Y ANTIIMPERIALISTAS, y apostamos a la unidad en la diversidad,
bajo principios de respeto, sororidad (después de haber sido sometidas por
siglos a la enemistad histórica y a la competencia entre nosotras),
solidaridad, paridad, libertad, justicia, equidad, igualdad, y paz, en
oposición a la violencia material y simbólica sobre las que se sustentan las
relaciones sociales y de género.
Como Colectivo Feminista
somos autónomo, pero no somos un colectivo aislado, acabado, estático, ni
inamovible, por el contrario día a día nos estamos redefiniendo en la práctica
manteniendo firmes nuestros principios.
Creemos en la necesidad de
espacios de organización superiores que permitan la articulación y unidad de
acción en una plataforma que recoja las necesidades de las mujeres, para la
defensa de nuestras reivindicaciones y vindicaciones como mujeres, pero también
por la defensa y construcción de la Revolución Socialista. Asimismo creemos indispensable la unidad de
las mujeres con todos los sectores del pueblo organizado.
Son
nuestros ejes fundamentales de trabajo y contribución a la Revolución
Socialista y Feminista:
-
Articular
en espacios locales, regionales y nacionales del Poder Popular que coadyuven a
la Unidad del Pueblo, así como la
inclusión en los mismos de la Agenda Feminista.
-
Formarnos
y contribuir a la formación para que todas y todos podamos comprender el
capitalismo-patriarcal como paso previo para superar ese modelo de dominación,
y con ello contribuir a la toma de conciencia sobre el necesario carácter
feminista que debe tener la Revolución Bolivariana.
-
Difundir
a través de todos los medios posibles las ideas, propuestas y principios del
Socialismo Feminista desde el enfoque de género, clase, y etnia.
-
Generar
espacios de reflexión y encuentros de mujeres.
-
Promover
la organización de las Mujeres.
Como Colectivo Género con Clase hacemos parte de la ARAÑA FEMINISTA,
espacio de articulación nacional que teje la red de colectivos feministas
socialistas y de mujeres en Venezuela.
Asimismo creemos necesaria
para seguir avanzando en el proceso Bolivariano, la construcción revolucionaria
del Polo Patriótico como un espacio amplio de articulación y coordinación
política, que garantice la dirección colectiva de la Revolución, y que debe
estar guiado por los principios socialistas y feministas.
IMPORTANCIA
DE LA FUSIÓN ENTRE SOCIALISMO Y FEMINISMO
Para Género con Clase incorporar la lucha feminista y con ello la
conciencia feminista a las luchas revolucionarias por la construcción del
Socialismo, significa garantizar verdaderamente que se produzcan avances
concretos en los procesos de emancipación que requerimos para una nueva
sociedad, implica además una lucha completa e integral en la conquista de nuestra
liberación.
No podemos obviar la
situación de las mujeres en el actual contexto de globalización neoliberal y
patriarcal, que en el marco de la actual crisis capitalista hace recrudecer las
condiciones de explotación a las que estamos sometidas, retrocediendo algunos
logros ya alcanzados. Las condiciones laborales cada vez más precarias, las
diferencias salariales entre hombres y mujeres por el mismo trabajo, la
tercerización del trabajo femenino, el no reconocimiento social ni económico
del trabajo doméstico, el retroceso generalizado en materia de derechos
sexuales y reproductivos, y en general el aumento de la feminización de la
pobreza.
Igualmente resulta vital
denunciar cómo la arremetida imperialista contra la soberanía y
autodeterminación de los pueblos, relacionado directamente con el saqueo de sus
recursos naturales, son fruto de un modelo colonial y patriarcal que utiliza los cuerpos de las mujeres como
botín de guerra, haciendo uso de la violencia sexual, del intercambio de sexo
por comida, de las más cruentas vejaciones a la dignidad humana y femenina, y
que la mayoría de las veces quedan amparados en supuestas medidas de ayuda
humanitaria o protección de los Derechos Humanos y las democracias. Es el capitalismo de hoy, el que ostenta uno
de los records más abominables de la historia, sus mayores ganancias se centran
en el tráfico de armas, el tráfico de drogas, y el tráfico y prostitución de
personas, especialmente mujeres y niñas. Es por ello que denunciamos y exigimos
la salida de las bases militares Estadounidense de los pueblos soberanos del
mundo, y exigimos se respete la soberanía de nuestros pueblos y de nuestros
cuerpos.
Estos aspectos configuran de
manera generalizada algunos de los elementos que debemos comprender para saber la
incompatibilidad que existe entre el capitalismo y la liberación de la mujer, y
que por el contrario existe un pacto que fortalece las prácticas y expresiones
capitalistas y patriarcales que se hacen serviles entre sí.
La fusión entre socialismo y
feminismo es necesaria porque no es posible la liberación de las mujeres en la
sociedad capitalista, y porque no habrá socialismo mientras exista opresión de
la mujer. Como mujeres revolucionarias y hombres revolucionarios desde Género con Clase concebimos la lucha
feminista como parte fundamental (no accesoria) de la lucha revolucionaria por
la construcción socialista.
Nuestros
principales ejes de lucha son:
Luchamos por el
reconocimiento pleno de todos los derechos de las mujeres en las más diversas
realidades: derecho a la tierra, derecho a decidir sobre nuestros cuerpos,
derechos políticos, derecho al trabajo en condiciones dignas, derecho a vivir
libres de violencia, derecho a una sexualidad libre y sana, derecho a la
igualdad, derecho a ser reconocidas y al libre desenvolvimiento de nuestra
personalidad, derecho a la diversidad, y todos aquellos cuanto constituyan la
posibilidad de mejorar la calidad de vida de las mujeres y pueblos del mundo. Entre
las banderas de lucha que abrazamos, están:
-
Defensa
de los derechos de las Mujeres.
-
Universalización
de la Seguridad Social.
-
Lucha
por el cumplimiento y ampliación de los derechos laborales de las mujeres.
-
Promoción
de una sexualidad libre, responsable, y sana.
-
Visibilizar
y retomar el valor del trabajo y los aportes de las mujeres en la historia.
-
La
elaboración e implementación de un modelo Coeducativo para avanzar hacia la
igualdad real.
-
Lucha
y combate contra los estereotipos sexistas, la publicidad sexista y a la
mercantilización de la imagen de las mujeres. Lucha contra el lenguaje sexista
y los chistes sexistas que naturalizan la opresión de las mujeres.
-
Socialización
de las tareas que se consideran propias de la mujer y que configuran la doble
jornada de trabajo: trabajo invisible que incluye labores del hogar, como
comida, limpieza, lavado, cuidado de niñas y niños, personas de la tercera
edad, enferm@s, etc., así como promover la incorporación de los hombres a los
cuidados y tareas familiares, exigiendo la corresponsabilidad del Estado.
-
Lucha
contra las diversas formas de Violencias
contra las mujeres.
-
Lucha
por la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, y por el
cumplimiento del acceso al Misoprostol
por su carácter esencial para resguardar la vida de las mujeres.
-
Exigir
el cumplimiento del mandato constitucional de igual salario por igual trabajo.
-
La
paridad política, no como una imposición pero sí como un principio que debemos
hacer visible las y los revolucionarios, entendiendo que la exclusión masiva de
la mitad de la humanidad se corresponde con un mecanismo de dominación
patriarcal y resulta contraria a la democracia revolucionaria.
-
Impulsar
nuevos liderazgos femeninos con conciencia feminista, lo que implica nuevas
formas de hacer política sin reproducir los mecanismos patriarcales de poder.
-
Respeto
e igualdad de derechos para la comunidad sexo-género diversa.
-
Apoyo
y sororidad con las luchas de todas las mujeres del mundo contra el capitalismo
y el patriarcado en sus múltiples expresiones.
-
Procurar
la inclusión de la perspectiva de género en todos los espacios, para hacer
visibles las prácticas discriminatorias y luchar por su erradicación.
-
Asumir
el principio de la discriminación positiva o acciones positivas, que implica
tomar medidas que equilibren participación de las mujeres en espacios donde se
evidencian situaciones de discriminación, así como en otros ámbitos de la vida
social.
Nuestra
Propuesta Política:
Un
feminismo popular y revolucionario…
En primer lugar, creemos que
en los actuales momentos atravesamos por un resurgir del feminismo, y
especialmente en América Latina se configuran nuevos perfiles de los más
diversos feminismos que responden a nuestras realidades concretas, entendiendo
que nuestra situación como países de la periferia capitalista exacerba las
condiciones de explotación y dominación de nuestras mujeres en razón del
género, la clase social y la raza fundamentalmente, pero que se expresa también
por razones etareas, de discapacidad, de orientación sexual, entre otras.
Nuestro feminismo, es un
feminismo popular, porque creemos que los cambios y transformaciones que deben
generarse parten de la práctica concreta y cotidiana, un feminismo que apunta a
transformar las relaciones sociales desde nuestras propias realidades, es un
feminismo que debe llegar a todas las mujeres se asuman éstas o no como
feministas. Nuestro feminismo, es un feminismo revolucionario, socialista,
porque sabemos que en el capitalismo no podremos las mujeres concretar nuestra
liberación, y sabemos también que para construir el Socialismo debemos comenzar
desde ahora a transformar las relaciones sociales, pues la liberación de las
mujeres no será un proceso automático en el Socialismo, será una dura batalla
que tendremos que seguir dando por desterrar las ideologías hegemónicas,
especialmente la patriarcal que ha logrado permear los diversos modos de
producción dominantes, y que ha encontrado en el capitalismo grandes mecanismos
de perpetuación de sus ideas e instituciones.
Nuestro feminismo es popular
porque no creemos que las ideas feministas deban permanecer en élites
privilegiadas que han tenido acceso a la educación, sino que debe ser una
práctica transformadora de la que nos apropiemos todas y todos, porque éste
debe ser un principio que logre transversalizar nuestras vidas, porque los
grandes cambios que requerimos deben partir del poder popular para ser verdaderamente
revolucionarias, un poder popular conformado por mujeres y hombres organizados
y conscientes de la necesidad de ser agentes transformadores de nuestras
propias realidades. Nuestro feminismo es popular porque lucha por destruir las
relaciones de opresión desde las mujeres, pero no sólo por y para las mujeres,
sino que implica un cambio social impulsado por todo el pueblo.
Nuestro feminismo reivindica
los necesarios espacios sólo para mujeres en los cuales nos encontramos para
debatir temas de mujeres entre mujeres, comprendiendo también la necesidad de
que siempre exista interacción con los compañeros solidarios de nuestras luchas
y que también son víctimas de la imposición de masculinidades violentas por
parte del patriarcado, sin obviar que la mayoría de los hombres no tiene
conciencia de ello, y mucho menos están dispuestos a renunciar a sus
privilegios y su posición de dominio.
Nuestro feminismo no lucha
contra los hombres ni los ve como enemigos, nuestro feminismo lucha contra los
valores hegemónicos del patriarcado que atribuye una superioridad a “lo masculino”, y una inferioridad natural
a “lo femenino”. Es contra los roles y estereotipos impuestos que nos
discriminan y pretenden subordinarnos y victimizarnos por el sólo hecho de ser
mujeres. Nuestro feminismo no es la dominación de las mujeres sobre los
hombres, es la propuesta de una sociedad verdaderamente igualitaria. Nuestro
feminismo invoca una relación dialéctica coherente entre la militancia orgánica
y la transformación de nuestra forma de relacionarnos con las otras, los otros,
lxs otrxs, las cuales debemos llevar a cabo –en primera instancia- las propias
mujeres.
Convencidas y convencidos
estamos de las posibilidades reales que tenemos mujeres y hombres de romper las
cadenas de la explotación capitalista y patriarcal. La nuestra sigue siendo una
propuesta en constante revisión, en transformación permanente, estamos
construyendo el Socialismo Feminista.
¡Por un Socialismo Feminista,
Construyamos Poder Popular!
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